martes, 31 de marzo de 2015

Cyborg

Año: 1989
Título original: Cyborg
Director: Albert Pyun
Intérpretes: Jean-Claude Van Damme, Deborah Richter, Vincent Klyn, Alex Daniels, Ralf Moeller, Jackson 'Rock' Pinckney, Dayle Haddon, Blaise Loong

De qué va
Estamos en el futuro. Un futuro que da pena verlo, eso sí. Ha habido caos, anarquía, hambre y, finalmente, la peste (lo dice una voz al principio, que resulta ser la del malo). Este futuro está dominado por un siniestro personaje llamado Fender, una especie de macarra con un traje molón con cota de malla y todo. Es un negro enorme con los ojos azules. Tiene una pandilla de tipos igual de macarras que él. Cuando se entera que los científicos supervivientes están desarrollando una vacuna contra la peste decide apresar a la pareja que guarda los secretos de esa cura para utilizarlos en su beneficio, para, en sus propias palabras, convertirse en un dios, ahí es nada.
Es entonces cuando interviene un tipo con la jeta de Jean-Claude Van Damme (la de cuando era joven, no la de ahora, que está muy viejuno). Salva a la muchacha, pero no puede hacer nada por el chico. Resulta que la chica no es una chica, es un cyborg y cuando se quita la peluca se le ve la cabeza llena de circuitos y hierros que se mueven y tal. Entonces aparecen los malos, se llevan al robot y le pegan una paliza a Van Damme.
En esta película Van Damme interpreta a Gibson Rickenbacker (el nombre lo he sacado de IMDb, no recuerdo que le llamen así en toda la peli), un slinger, que viene a ser un mercenario, entiendo yo.
Cuando despierta decide ir tras Fender y su banda a Atlanta, ya que, a través de flash backs (demasiados flash backs, a cada rato un flash back), nos enteramos que tiene una deuda con este tipo, que mató a una chavala de la que estaba enamorado.
Por el camino se le une una maciza que le ayudará a dar caza al malo y su troupe.
En un edificio abandonado se las ven con una banda de tíos a los que Van Damme pega una paliza matándolos a todos (le ayuda algo la muchacha) con sus clásicas patadas en giro (¿sabíais que este pollo fue campeón de Europa de kárate?).
Al final le alcanzan en una especie de fábrica abandonada (en esta película todo parece abandonado), pero le vuelven a dar una paliza y le dejan crucificado en un barco (abandonado, claro).
Pero Van Damme es mucho Van Damme, y consigue liberarse de la crucifixión dando patadas al palo que lo sujeta hasta que lo parte. También le ayuda la maciza a desatarse.
Al final, llegan a Atlanta y tiene lugar el enfrentamiento final entre Van Damme y Fender. ¿Quién ganará? Obvio, ¿no?

Índice de cutrerío
Es, tras Contacto sangriento, la segunda película que tiene como protagonista a Jean Claude Van Damme (sus primeros papeles de enjundia fueron haciendo de malo en dos películas: Retroceder nunca, rendirse jamás y Águila negra y, antes de todo eso, tiene otra película con el título Monaco Forever interpretando al personaje -atención- Gay Karate Man -lo podéis ver en IMDb). En esta peli ya utiliza los dos movimientos que le han hecho famoso, a saber, la patada giratoria y la apertura de piernas (lo hace en todas las películas que he visto de él, salvo JCVD).
Entre los personajes secundarios hayamos al aleman Ralf Moeller, un alemán de casi dos metros de alto, campeón de culturismo. Le hemos visto en películas como Gladiator, El rey escorpión o El guía del desfiladero, además de en la serie Conan, interpretando la mítico personaje de Robert E. Howard.
El resto de actores, supongo que se presentaron al casting y los cogieron, bien por sus musculitos, bien por estar buenas.
El director es uno de los reyes del cine barato, Albert Pyun. A él debemos delicias como Cromwell, el rey de los bárbaros, la versión barata de Capitán América o Kickboxer II (sin Van Damme).
Y qué decir de los productores, Yoram Globus y Menahem Golan. Dirigentes de la Cannon. Son los Roger Corman de los 80. Atención a las películas producidas por el dúo en aquella época: Yo soy la justicia (con Charles Bronson), Hércules (con Lou Ferrigno), El caballero verde (con Sean Connery), Desaparecido en combate (con Chuck Norris), Fuerza vital (de Tobe Hooper), El guerrero americano (con Michael Dudikoff), El tren del infierno (con Jon Voight y Eric Roberts), Las minas del rey Salomón (con Richard Chamberlain y Sharon Stone), Delta Force (con Chuck Norris y Lee Marvin, dirigida por el propio Golan), Cobra, el brazo fuerte de la ley (con Sylvester Stallone), El templo del oro (con Chuck Norris y Louis Gossett Jr.), Yo, el halcon (con Sylvester Stallone y dirigida por Golan), Superman IV (con Christopher Reeve y Gene Hackman), Masters del Universo (con Dolph Lundgren y Frank Langella)… la lista es interminable.
El guión es de chiste, como suele ser en las películas de Van Damme.
Y los efectos especiales, pues de andar por casa. Cuando el cyborg se quita la peluca y se ve lo que hay debajo no es como Terminator 2, no.
Barrunto que fueron a rodar a algún pueblo abandonado, con fábricas sin uso hace tiempo, edificios a medio construir y desierto cerca para ahorrarse el tener que construir decorados.
Se hicieron dos secuelas, supongo que debido al éxito de ésta y es que costó cuatro perras (medio millón de dólares) y en el primer fin de semana ya había recuadado como seis veces esa cifra. En Cyborg 2. La sombra de cristal encontramos a Elias Koteas, Jack Palance, Billy Drago y a una tierna Angelina Jolie. En la tercera parte, Cyborg 3 sale el gran Malcolm McDowell.

Conclusión
Una película del futuro, con efectos especiales del pasado y con hostias de por medio. Entretenida. Para fanáticos de Van Damme.