viernes, 3 de febrero de 2012

Almighty Thor

Año: 2011
Título original: Almighty Thor
Director: Christopher Ray
Intérpretes: Cody Deal, Patricia Velasquez, Kevin Nash, Richard Grieco, Jess Allen, Nicole Fox, Leslea Fisher, Lauren Halperin

De qué va
¡¡Una película sobre mitología nórdica!! ¡¡Con lo que a mí me gusta la mitología, especialmente la nórdica!! ¡¡Qué guay!!
Sí, sí, qué guay, yupi… vaya puta mierda… si es que…
Bueno, vamos con la trama (o de lo que me acuerde, que hasta me dormí un rato)…
El ataque de un demonio llamado Loki con sus dobermans gigantes destruye el Valhalla, un castillo defendido por un puñado de guerreros y cuyo rey es un anciano llamado Odín. Este rey cuenta con dos hijos, Baldir (el mayor y con más pericia para eso del manejo de armas) y Thor (un poco inútil, el chico). Este castillo está en el mundo de Asgard, que conecta con otros mundos a través de unos portales (entre ellos Midgard, la Tierra).
La idea de Loki es conseguir el martillo de la invencibilidad (o imbecilidad, no me quedó claro) para destruir el árbol de la vida (no la película de Terrence Malick, que ojalá) y acabar así con toda la vida, que llegue el Raknarok y bla bla bla…
El caso es que el susodicho martillo (que no es una herramienta de carpintero, no, es una piedra atada a un palo) obra en poder de Odín, que, evidentemente, no se lo quiere dar al demonio.
En el enfrentamiento entre Odín y Loki, aquél mata accidentalmente a su hijo Baldir y, ante la desesperación del anciano, Loki aprovecha para matarlo con una espada. Pero antes de morir, lanza el martillo por un portal que aparece en el cielo. A todo esto, Thor ha permanecido inconsciente. Al despertar y ver a su padre muerto, jura venganza contra Loki y se enfrenta a él, pero cuando el demonio va a matarlo, aparece una mujer y lo salva. Ella es Jarnsaxa, una guerrera entrenada por las valkirias que ha jurado proteger al hijo del rey.
Thor sigue a Jarnsaxa a través de un portal hasta un refugio en el que no pueden entrar ni Loki ni sus perros. Hasta que entran, claro. Pero mientras tanto practica con la espada con la moza, que le enseña a combatir. Cuando el malo y sus sabuesos consiguen entrar, pues nada, a correr otra vez.
Esta vez llegan a la Tierra, a otro refugio que tiene la chica…
--- Parte en la que me dormí ---
… Y aparecen luchando Loki y Thor. Thor lleva una espada y ¿una uzi? y Loki el martillo de la invencibilidad y ¿otra uzi? (estoy por darle para atrás a ver qué cojones estoy viendo, pero me lo pienso dos veces y decido que no). El caso es que gana Loki (que para eso tiene el martillo de la invencibilidad) y manda a Jarnsaxa y a Thor al infierno. La chica muere (o por lo menos, no vuelve a salir en la película) pero Thor no. Y decide construir un martillo. Qué apañao.
Si el martillo que ahora tiene Loki parece una piedra atada a un palo (es una piedra atada a un palo), el que se construye Thor parece como si hubiese metido un palo en cemento fresco y lo hubiese dejado secar.
Pero con este martillo consigue destruir el martillo de la invencibilidad y matar a Loki (invencibilidad mis cojones).
Y fin.

Índice de cutrerío
No, si yo ya sabía que no iba a tratar sobre el superhéroe de Marvel, más que nada porque ni The Asylum (los mismos que pergeñaron joyitas como Monstruo o Megatiburón contra el pulpo gigante) y el canal Syfy (canal de televisión especialista en pelis de ínfimo presupuesto), productores del invento, tenían los derechos de este personaje, cuya propiedad es de Marvel (que a su vez, es propiedad de Disney), pero esperaba una película de bajo presupuesto sobre mitos escandinavos. Pero que va. Para nada. Lo único que han cogido de la mitología nórdica son los nombres… Odín, Thor, Loki, Baldir, Jarnsaxa, el Valhalla, Asgard, Midgard, el Raknarok o las valkirias. Todo lo demás se lo han pasado por el arco del triunfo.
Bueno, vamos con los créditos. La producción es de The Asylum (pero ¿qué coño iba a esperar yo una buena película?), especialista en mockbusters, y es que esta película es, evidentemente, un mockbuster de la entretenida cinta dirigida por Kenneth Branagh.
En el reparto encontramos varias caras interesantes. Empezando por el malo, Loki. Lo interpreta nada menos que Richard Grieco, un actor que tuvo su momento de fama a finales de los 80 y principios de los 90 gracias a la serie de televisión Jóvenes policías y a la película Agente juvenil. Después de eso, nada hemos vuelto a saber de él hasta ahora (yo pensaba que estaba muerto). También sale, como Jarnsaxa, Patricia Velasquez que salía en las dos películas de La momia dirigidas por Stephen Sommers. En ambas interpretaba a la novia del faraón. Por último, y haciendo de Odín, sale Kevin Nash, un gigantón de 2,08, que, aparte de algún pequeño papel en alguna peli (salía en El castigador que interpretó Thomas Jane), es luchador de pressing catch. Al tío que hace de Thor (Cody Deal) no lo conocía y, por lo que he visto en IMDb tampoco tiene una carrera muy amplia.
El director, Christopher Ray, es hijo de Fred Olen Ray, director de 120 películas a cada cual peor, entre ellas, la peor película que he visto en mi vida, Scalps. Parece que, de tal palo, tal astilla.
En cuanto a los defectos especiales… bueno, desde que todo el mundo tiene en su casa un PC, cualquiera se cree experto en informática y capaz de poner los efectos especiales a una película.
¿Guión? Leed la trama… no hay guión.

Conclusión
Está claro que teniendo un blog sobre películas cutres, a veces hay que lidiar con estas basuras, pero, no me compadezcáis, al final me divierto, aunque sea poniéndola a parir.


miércoles, 18 de enero de 2012

La maldición del hombre sin cara

Año: 1958
Título original: Curse of the Faceless Man
Director: Edward L. Cahn
Intérpretes: Richard Anderson, Elaine Edwards, Adele Mara, Luis Van Rooten, Gar Moore, Felix Locher, Jan Arvan, Bob Bryant

De qué va
El Hombre Volcán regresa 2000 años después para recuperar a su amada. Éste es el eslogan que aparece en el cartel de esta película (¡¡cómo me gustan los carteles de las películas fantásticas de los años 50!!).
En el año 79, en la región de Campania, el Vesubio, un volcán que había estado inactivo durante 1000 años, despertó de repente y enterró, bajo varias capas de lava, algunas ciudades, entre las que se encontraban Herculano y, por supuesto, Pompeya.
Con esta premisa empieza la película, aunque su acción tiene lugar en la actualidad (de la época, claro, los años 50).
Realizando unas excavaciones, un operario del museo de Pompeya (que se encuentra en Nápoles, cosa que me llamó la atención, y es que tratándose de una producción americana de los años 50, la acción no tiene lugar en algún remoto pueblecito del medio oeste americano, no, en Nápoles, nada menos) encuentra un cofre con diferentes objetos ornamentales (llama la atención de los científicos un medallón con extrañas inscripciones). Además encuentra un cuerpo totalmente cubierto de lava.
Cuando se está trasladando esta valiosa pieza al museo (en un típico camioncito italiano de la época, de esos chiquitines con caja descubierta atrás, todo ello con mucha seguridad, claro) vemos como el hombre de lava se levanta y mata al conductor, estrellándose después.
Cuando la policía dice cómo murió el chico, y que no parece un accidente, cinco personas se dedican, por su cuenta, a esclarecer los hechos. El club de los cinco está compuesto por el jefe del museo, su hija, el novio de la hija, también historiador, un médico y su novia artista. Algunos de ellos creen que el hombre de lava se ha levantado (gran frase dicha por el médico: “Está demostrado que nadie puede vivir tanto tiempo”) y ha matado al chófer (nosotros ya sabemos que esto es así, pero ellos sólo lo creen).
En sus pesquisas averiguan que es el cuerpo momificado de Quintilo Aurelio, un esclavo etrusco (aquí nos dicen que era un pueblo oscuro con extraños rituales y tal) de un tipo importante de Pompeya que se enamoró de la hija de su señor, lo cual, al parecer, no estaba muy bien visto. Este hombre se había hecho gladiador y había ahorrado unos sestercios para poder comprar unas joyas (de ahí el cofre lleno de baratijas) y poder llevarse al huerto a la moza. Todo esto lo averiguan con un cofre lleno de chismes y un cuerpo cubierto de lava, ahí es nada.
Pero ¿qué hace una artista, pintora para ser más concretos, en esta investigación? Eso es más complicado de contar. Resulta que la chica ha soñado lo de la momia lavaficada matando al chófer (esto no se lo cuentan a la policía, ya que revela los suficientes datos como para hacerla sospechosa) y buscándola a ella, al principio no sabemos muy bien por qué. Más adelante, un historiador muy viejuco que sale de cuando en cuando, la somete a una sesión de hipnosis y relata con todo detalle la erupción del Vesubio, lo que nos hace constatar que es la reencarnación de la amada de Quintilo en la antigüedad.
Al final, Quintilo consigue secuestrar a su amada, que está como en trance, y se la lleva al mar (los antiguos creían que tendrían salvación del volcán, desconocedores de que el agua estaba hirviendo), donde se convierte en polvo y desaparece.

Índice de cutrerío
Pues es una película muy digna, creo yo. Habiendo visto cosas realmente deleznables que se hicieron en esa época (como Robot Monster) o posteriores (aún tengo pesadillas con Santa Claus conquista a los marcianos), esta película me ha parecido bastante buena.
Los actores son, siendo bueno, bastante reguleros y creo que no hay ninguno que destaque por malo ni por bueno.
El traje de Hombre Volcán, pues parece hecho con trozos de papel higiénico, como cuando nos disfrazábamos de momia de chicos. No sé si habéis visto alguna vez un programa de Disney Channel llamado Art Attack. En este programa utilizan una técnica para hacer manualidades y consiste en poner trozos de papel de cocina sobre algo y aplicarle lo que llaman mejunje Art Attack, que es una mezcla de cola y agua. Queda una cosa dura con la forma de la cosa a la que recubre. Pues parece que la momia la han hecho utilizando esta técnica.
La historia me ha gustado, o, por lo menos, me ha enganchado, que ya es bastante.
Una curiosidad: El nombre de Quintilo Aurelio parece ser que se tomó prestado del emperador romano Quintilo (Marcus Aurelius Claudius Quintillus), que lo fue durante tan solo 77 días en el año 270 y que se suicidó para evitar una guerra civil con Aureliano, su sucesor en el trono.

Conclusión
Un rato divertido. Es una película sin muchas pretensiones, pero que me ha hecho pasar un ratejo agradable.