sábado, 26 de noviembre de 2011

Ovejas asesinas


Año: 2006
Título original: Black Sheep
Director: Jonathan King
Intérpretes: Nathan Meister, Danielle Mason, Peter Feeney, Tammy Davis, Glenis Levestam, Tandi Wright, Oliver Driver, Nick Blake

De qué va
Nueva Zelanda se caracteriza por la cantidad de ovejas que tiene. Parece ser que es un país con cuatro millones de personas y cuarenta millones (¡¡40.000.000!!) de ovejas, que ya son ovejas. ¿Qué pasaría si esos animalicos se convirtieran en sanguinarios asesinos?
Esto es lo que nos propone esta película.
Vamos a ver el argumento: A un pueblecito neozelandés llega Henry, un muchacho que ha crecido en ese lugar y que ha desarrollado un miedo cerval a las ovejas u ovinofobia, como él lo define, a causa de una bromilla de su simpático hermano, Angus, un tío que, desde su primera escena, se nos presenta como un psicópata. Henry tiene intención de venderle a Angus su parte de la propiedad familiar.
Entretanto, un par de hippies (como esos gilipollas que en Sol te dan papeles diciendo que comer ternera y canibalismo son la misma cosa, si es que tiene que haber de todo en el mundo) quieren colarse en un laboratorio de ingeniería genética (bueno, utilizar aquí  palabras que suenen tan técnicas como “laboratorio”, “ingeniería” o “genética” es exagerar un poco, el garito se parece más a un matadero en el día de la matanza del cerdo que a un laboratorio de cualquier cosa). Ese laboratorio está financiado por Angus, en su afán de crear una oveja mejor que las normales, no sé muy por qué. Y está regentado por una tía muy, muy mala. La pareja de hippies está formada por una chica bastante mona (la chica de la película) y un tío más tonto que las piedras del río (el alivio cómico). Total, que consiguen robar un frasco con un bicho dentro, pero en la huida (en la que se separan), al tonto se le cae y se escapa la cosa de dentro (un bicharrajo feísimo a medio camino entre un cordero calvo y el feo de los Calatrava).
Este bicho empieza a morder, primero al hippie y después a una oveja (no se puede prácticamente arrastrar por el fango, pero en cuanto ve pieza, ataca). Y empieza el festín, mientras las ovejas se van trasmitiendo el mal (que podíamos llamar de las ovejas locas) convirtiéndose en carnívoras sedientas de sangre, en los humanos empieza a operar una transformación que los convierte en ovejas-lobo (como los hombres-lobo, pero más feas, ¿os habéis fijado alguna vez en lo feas que son las ovejas?).
Y a partir de ahí, persecuciones, mutilaciones, ovejas comiendo gente… la hostia en bote, vamos. Por destacar una escena (no apta para estómagos delicados), está el ataque de la horda ovina en la presentación que hace Angus de su nueva oveja genéticamente tratada. Piernas, brazos, tripas… todo volando de acá para allá.

Índice de cutrerío
Gore, gore y más gore. No está indicada para gente que no disfrute con un poco de casquería en las películas. Me recuerda un poco a la que, para mí, es la mejor película gore de todos los tiempos, la también neozelandesa Tu madre se ha comido a mi perro (Braindead, en el original), del ahora oscarizado Peter Jackson.
Y es que el gore tiene que ser divertido, como lo es en esta película o en la citada de Peter Jackson, o en Desmembrado, la película que se ofrecía en cines en sesión doble con Ovejas asesinas en España. Si nos ponemos a hacer gore serio, lo único que conseguimos es revolver las tripas al personal (como en Hostel, por poner un ejemplo).
Los efectos especiales están bastante bien. Hay que tener en cuenta que están hechos por Weta Workshop, empresa responsable de los efectos especiales de, entre otras, la trilogía El señor de los anillos, King Kong (la de Peter Jackson), las películas de Las crónicas de Narnia o Avatar, entre muchas otras. Es de suponer que, con este currículum, los efectos sean casi perfectos. Aunque, eso sí, desprenden un olorcillo a serie B que a mí, personalmente, me encanta.
Los actores, pues en su sitio, bastante correctos. Están el protagonista, la chica, el amigo del protagonista, el malo y la mala malísima. Incluso tenemos el alivio cómico, como he dicho antes.
Y el guión, bueno, partiendo de la base de que estamos hablando de una película en la que las ovejas se convierten en la peor pesadilla de los neozelandeses rurales, pues no está nada mal, la verdad.

Conclusión
Se desprende de todo lo anterior que esta película me ha divertido. Sí, me lo he pasado bomba. Aunque insisto, no es para estómagos delicados. Os gustará si os gustó la citada Tu madre se ha comido a mi perro u otras delicias por el estilo.


lunes, 14 de noviembre de 2011

La novia del monstruo

Año: 1955
Título original: Bride of the Monster
Director: Edward D. Wood Jr.
Intérpretes: Bela Lugosi, Tor Johnson, Tony McCoy, Loretta King, Harvey B. Dunn, George Becwar, Don Nagel, Bud Osborne

De qué va
En una bonita casa situada en un pantano (no de los de Franco, ojo, de los de Estados Unidos, de esos con caimanes, serpientes y todo tipo de seres mutantes) vive el doctor Vornoff (Bela Lugosi, el Drácula original) con un tipo grande, calvo y con una espantosa cicatriz en la mejilla al que cariñosamente llama Lobo y que el resto de los mortales llama, no tan cariñosamente, el monstruo. En la casa tiene un laboratorio en la que trata de convertir a incautos caminantes que pasean por el pantano en “gigantes”, pero todos mueren en el experimento. También tiene un pulpo de goma gigante en una habitación, que se encarga de eliminar a los intrusos indeseables.
La policía investiga la desaparición de esos incautos caminantes y de esos intrusos indeseables, que en total suman doce en tres meses.
También anda tras la pista una periodista, esposa del policía que lleva las investigaciones. La periodista es lo que suelen ser las mujeres periodistas en las películas… repelente (si la Lois Lane interpretada por Margot Kidder en Superman no era repelente es que no sé el significado de esa palabra).
La chica llega a la conclusión de que el nuevo propietario de la casa de los sauces (que así se llama la casa del pantano) tiene algo que ver, y para allá que se dirige cuando tiene un accidente con el coche. Al bajarse, la ataca una serpiente, pero entra Lobo a mamporrazo limpio salvándola del ofidio y llevándosela (que se ha desmayado).
Cuando despierta se encuentra con Vornoff que la vuelve a dormir usando sus poderes mentales (sí, duerme a la gente con un primer plano de sus ojos y un movimiento de la mano).
Mientras, el marido de la moza ha encontrado el coche siniestrado y la busca por los alrededores, encontrando la casa. Cuando tiene encañonado a Vornoff, aparece Lobo y le deja inconsciente de un manotazo (claro precursor del golpe a mano abierta tipo “Bud Spencer”).
Al final, resulta que el bueno de Lobo (que por cierto es mudo y habla con el lenguaje de Chewbakka) se ha enamorado de la chavala y, cuando Vornoff la tiene presta para el experimento para hacer gigantes que en realidad mata a la gente, le pega un manotazo y lo pone en el lugar de la mujer.
Pero hete aquí que el experimento sí funciona con Vornoff (coño, para eso es Bela Lugosi), lo que le da una fuerza del copón y le pega una paliza a Lobo. Pero al final, la poli, que ha aparecido de repente, le pega varios tiros, el marido de la periodista  empuja una piedra de dos metros sobre él (aunque no le han hecho el experimento de los gigantes, debe ser que, al estar cerca, algo de la fuerza se le ha pegado, eso o la piedra es de gomaespuma, no sé) y encima se cae donde está el pulpo de goma, que por fin lo mata.

Índice de cutrerío
¡¡¡Ed Wood!!! El rey de lo cutre en forma de fotograma. El hombre talento no tendría, pero ilusión y ganas le echaba, sí. No me extraña que Tim Burton le dedicara una de sus películas.
¡¡¡Y Bela Lugosi!!! En su último papel protagonista (no tendremos en cuenta Plan 9 del espacio exterior, ya que su rol en ésa está hecho a base de recortes de grabaciones).
En los efectos especiales, pues lo dicho. Cuando el pulpo caza a algún incauto, es el incauto el que mueve los tentáculos. El maquillaje de Lobo (interpretado por el actor fetiche de Wood, Tor Johnson) es un trozo de arcilla pegada a su cara con una raya para simular la cicatriz.
También salen unos cocodrilos (o caimanes, que estamos en América) que atacan al policía, pero nunca están en el mismo plano. Se ve que cogió unas imágenes de un documental o algo así.
¿Y el guión? Pues tan chapucero como los efectos especiales.

Conclusión
Me lo he pasado bomba, qué queréis que os diga. La película, al igual que Plan 9 del espacio exterior, es mala, pero mala, mala. Pero he disfrutado.


miércoles, 9 de noviembre de 2011

Monstruo

Año: 2008
Título original: Monster
Director: Erik Estenberg
Intérpretes: Sarah Lynch, Erin Evans, Justin L. Jones, Kazuyuki Okada, Yoshi Ando, Jennifer Kim, Hiroshi Ueha, Akira Sato

De qué va
Dos hermanas de Los Angeles se van a Tokio a rodar un reportaje sobre el calentamiento global. Mientras están entrevistando al ministro de medio ambiente japonés (que tiene un despacho del tamaño de un cuarto de las escobas) con su cámara de vídeo de superbaja definición, un terremoto sacude el cuarto de escobas… perdón… el edificio donde están. Al asomarse a la ventana se ven explosiones y todo.
Resulta que un monstruo está atacando Tokio y hay que salir por patas. Se refugian en el sótano con unos lugareños.
Y así empiezan las peripecias de estas dos mozas por la capital nipona mientras es atacada por algún tipo de criatura.
Os ahorraré el sufrimiento… ninguna de las dos sobrevive.
Despachos de ministro en cuartos escoberos, embajadas de Estados Unidos en sombríos callejones, primeros planos de gente mirando un monstruo (el monstruo no lo vemos nunca, excepto dos o tres planos de tentáculos realmente muy mal hechos), un despropósito.

Índice de cutrerío
-          Bueno, nos vamos de vacaciones a Japón. No trabajéis demasiado.
-          ¿Ya os vais hoy?
-          Sí, jefe, acuérdese que pedimos las vacaciones hace ya tiempo.
-          Si, sí, lo recuerdo… chicas, a que no me hacéis un favor.
-          Ya estamos… ¿de qué se trata?
-          De que os llevéis la cámara que me regaló mi mujer y rodéis una película.
-          Pero, pero, pero… ¿cómo que una película? Nosotras no sabemos nada de películas.
-          Ni falta que hace.
-          Pero… una película… ¿sobre qué?
-          Sí, sobre… no sé… sobre un monstruo que ataca Tokio. ¿Vais a Tokio verdad?
-          Sí, claro. Pero yo no veo eso de la película. ¿Y el guión?
-          Pfff. ¡Guión! El guión está sobrevalorado. Vosotras vais, filmáis escenas de Tokio, entrevistáis a alguien, contratáis a alguien para que se haga el muerto…
-          Pero eso cuesta dinero…
-          Aquí tenéis 200 dólares para gastos.
-          Bueno, vale, ¿y los efectos especiales?
-          Ya está pensado. Cuando volváis, mi primo tiene un Amstrad CPC con el que puede poner unos aviones y unos helicópteros… e incluso algún tentáculo. No sé, ya lo pensaremos. En cuanto a los terremotos… llevaos a Rasca, el perro de Gustavo, el de contabilidad. En cuanto le enseñas una de estas galletas se pone a mover el rabo. Le atáis la cámara y ya verás que tomas de terremotos tenemos.
-          Venga, vaaale. Encima tenemos que cargar con el puto perro.
-          Si es muy bueno, ni lo notaréis.
-         Bueno, nos vamos ya, que hay que preparar maletas y todo. Que sepa, jefe, que solo rodaremos en ratos libres y tal. Y que nos deberá un favor.
-          Sí. Venga chicas, buen viaje. Y traedme algún souvenir.

Así es como me imagino yo la gestación de esta ¿película? En los créditos figura un director, un tal Erik Estenberg, que imagino sea el jefe que manda a las chicas a filmar la película.
No, en serio, esto no puede tener un director, como no tiene un guionista (aunque también figura en los créditos, y es ni más ni menos que David Michael Latt, jefazo, junto a David Rimawi, de la productora The Asylum, experta en bodrietes tipo Mega tiburón contra el pulpo gigante o Transmorphers).
Digamos que si yo cojo la cámara de vídeo que me regalaron mis padres, a un par de amigos y un poco de la imaginación que a esto le falta, el resultado va a ser mejor.
Aquí se dan la mano dos conceptos como son el mockumentary o falso documental y el mockbuster, que es una película de bajo (muy, muy bajo) presupuesto que intenta aprovecharse del éxito de otra, bien por tener un título similar, bien por su temática parecida. Así tenernos Transmorphers como mockbuster de Transformers, Soy Omega de Soy leyenda… y ésta que nos ocupa, que es un mockbuster de Monstruoso, la gran película rodada por Matt Reeves en el mismo año de este bodrio. Todos los mockbusters aquí citados son de la misma productora… The Asylum.
Ah, si veis el tráiler, veréis todas las tomas del monstruo que aparecen en la película. Me da la impresión que esta gente lo que hace es rodar el tráiler primero y después grabar hora y media de relleno para tener la película.

Conclusión
Una mierda pinchada en un palo. Me ha costado terminar de verla. Hora y media de mi vida tirada por el váter. De lo peor que he visto en los últimos, no sé, 10 años… 15… quizá sea lo peor que he visto en mi vida.


jueves, 3 de noviembre de 2011

Los cuatro fantásticos

Año: 1994
Título original: The Fantastic Four
Director: Oley Sassone
Intérpretes: Alex Hyde-White, Jay Underwood, Rebecca Staab, Michael Bailey Smith, Ian Trigger, Joseph Culp, George Gaynes, Kat Green

De qué va
Cada diez años pasa, muy cerca de la Tierra, Colossus, una especie de masa de energía que viaja a la velocidad de la luz y que, debido a la gravedad terrestre frena un poco y por eso es visible desde este nuestro planeta.
Dos tíos muy listos, Reed y Victor, utilizando una máquina que han fabricado, planean capturar esa energía, que parece infinita y que, dicen, cambiará el mundo. Pero la cosa sale mal y Victor parece morir. Enseguida nos enteramos que no es así, ya que dos individuos que le sacan del hospital para llevarlo “al cementerio de ahí abajo” (palabras textuales), le llaman alteza y el tío abre los ojos.
Diez años después de tan desastroso experimento Reed ha construido una nave y planea ir al espacio en busca de Colossus, que está de vuelta y piensa llevar a sus amigos Ben Franklin y Johnny y Susan Storm. Para ello necesita un diamante muy raro y muy gordo para que no le pase lo que pasó hace años. Pero un siniestro personaje, llamado el Joyero (si habéis leído comics de Los 4 Fantásticos, os recordará mucho al Topo, por lo menos a mí me lo recordó), roba la piedra cambiándola por otra falsa.
No se dan cuenta del engaño hasta que ya es demasiado tarde. Colossus les atraviesa y se pegan el piñazo padre contra la Tierra, pero los cuatro sobreviven, a pesar de que la nave ha quedado hecha cisco. Pero han cambiado. Reed puede estirar sus extremidades (brazos y piernas) más allá de lo imaginable, Johnny puede convertirse en lumbre, Susan puede hacerse invisible y Ben, que en principio parece normal, a la mañana siguiente aparece convertido en una especie de muro de piedra. Han nacido Los 4 Fantásticos.
Aparecen los militares y se los llevan a una base para ser examinados. Pero no son militares de verdad (quiero decir que no son americanos), sino esbirros del Doctor Doom, que es en realidad Victor escondido tras una armadura metálica y una capucha verde. Están cautivos en Latveria (en la película no lo llaman así, pero lo digo yo, que me lo sé de los comics), el reino de Doom y para escapar utilizan sus nuevos poderes (vamos, mamporro va y mamporro viene, ya que el único que parece que hace algo es Ben).

Índice de cutrerío
Esta película, que quizá en medios y presupuesto sea muy inferior a la versión rodada por Tim Story en 2005 (y su continuación en 2007), en guión, pues qué quieres que te diga, quizá no sea mejor, pero tampoco peor, y es que la película protagonizada por Jessica Alba, pues, sí, tendrá mejores efectos y tal, pero es una mierda igual que ésta.
Esta película es inédita, esto es, no se ha estrenado nunca ni en cines, ni en formato doméstico, ni en televisión. Fue filmada únicamente para asegurarse el copyright, cosa que sabían los productores, pero no el equipo artístico ni técnico.
En cuanto a los actores, pues bueno, tampoco son una maravilla, pero los he visto peores. A modo de curiosidad, incluyo esta tabla con los actores, tanto de esta versión, como la del 2005 y su continuación:


Personaje

Los cuatro fantásticos (1995)
Los cuatro fantásticos (2005)
Los cuatro fantásticos y Silver Surfer (2007)
Reed Richards
Alex Hyde-White
Ioan Gruffud
Susan Storm
Rebecca Staab
Jessica Alba
Johnny Storm
Jay Underwood
Chris Evans
Ben Franklin
Michael Bailey Smith
Michael Chiklis
Victor von Doom
Ian Trigger
Julian McMahon
Alicia Masters
Kat Green
Kerry Washington

Cuando ves una película en la que sale la Cosa, estás siempre esperando su frase “It's clobbering time” (“Es la hora de las tortas”), pero en esta película lo dice tantas veces que pierde su gracia.
Y qué decir de los efectos especiales. Cuando la Antorcha Humana se convierte en fuego, es un dibujo animado, la Cosa no deja de ser un tío con una careta, los efectos de invisibilidad de Susan son de los años 50 y, bueno, los efectos de estiramiento de Reed Richards, pues la verdad es que son de chiste.
Destacar quizá la música, con una tonadilla pegadiza bastante chula.

Se nota que es una producción del maestro de lo barato, el gran Roger Corman, al que debemos, como director clasicazos como Conquistaron el mundo (1956), Emisario de otro mundo (1957), El ataque de los cangrejos gigantes (1957), La pequeña tienda de los horrores (1960), La última mujer sobre la Tierra (1960), El cuervo (1963), El hombre con rayos X en los ojos (1963), El barón rojo (1971),… y así hasta 56 películas, todas ellas con muy bajo presupuesto, pero con mucha imaginación. Y como productor, no digamos, casi ¡¡400!! películas. Y el descubrimiento de grandes cineastas como Francis Ford Coppola, Jack Nicholson o Dennis Hopper entre otros.

Conclusión
Soy un friki. He de reconocerlo, soy un friki. Pero es que me ha gustado esta película. Con todos sus defectos, me ha gustado. La verdad es que la copia a la que he tenido acceso es bastante penosa. Se ve como el culo y no se oye mucho mejor. Evidentemente en versión original con subtítulos en castellano (gracias a Dios). Pero con todo y con eso, me ha gustado. Lo he pasado casi mejor que con las películas más modernas, las de Tim Story.