jueves, 29 de diciembre de 2011

Santa Claus conquista a los marcianos

Año: 1964
Título original: Santa Claus Conquers the Martians
Director: Nicholas Webster
Intérpretes: Leonard Hicks, Vincent Beck, Bill McCutcheon, Victor Stiles, Donna Conforti, Chris Month, Pia Zadora, Leila Martin

De qué va
En estas fechas tan señaladas he decidido lanzarme con una película protagonizada por el gordo de rojo. ¡¡En qué hora!! Podría haberme decidido por la finlandesa Rare Exports o la holandesa Saint, películas que tengo muchas ganas de ver y que también están protagonizadas, o eso creo, por Santa Claus o San Nicolás o Papá Noel o como queramos llamarlo. Pero no, tuve que escoger esta mierda.
Argumento: Los niños de Marte están mohínos, cosa que, por otra parte, no es de extrañar, ya que, cuando nacen, en sus cunas, se les conecta a una máquina para pasarles toda la información y, tienen una dieta a base de pastillas de hamburguesa, de crema de espárragos y de patatas al horno. Exquisiteces.
El “jefe de los marcianos” (atención, no rey, ni emperador, ni general… “jefe”) decide que es hora de tomar cartas en el asunto y, junto con sus expertos, va a visitar a Chochem, un tío con más años que Matusalén (bueno, exagero un poco, Matusalén llegó a los 969 años y este pollo sólo tiene 800, según nos cuentan) que es muy listo. Les cuenta que los chavales están tristes porque como en la Tierra es Navidad y los niños de allí se lo pasan bien con un tipo llamado Santa Claus, pues los de Marte (supongo que por envidia) están apagados y ojerosos.
Pues nada, secuestramos a Santa Claus en nuestra nave que parece un soplete gigante puesto al revés y punto. A todo esto tenemos al malo de la función, y sabemos que es el malo desde el principio porque lleva un mostacho a lo Pancho Villa y protesta mucho (solo le falta fumar, vamos), cuya solución es matar a Santa Claus, a los niños que son testigos de la llegada de los marcianos a la Tierra y a todo el que le lleve la contraria (por desgracia, no le dejan hacerlo).
También llevan un robot (bueno, robot, llamarle robot a eso… madre mía… es como llamarle nave espacial a un soplete gigante) que obedece las órdenes del jefe de los marcianos, hasta que Santa levanta una mano y ya no hace caso a nadie.
Y hablemos de Santa Claus. Del Santa Claus de esta película, claro. Es un tipo gordo, viejo, con barba blanca, que se pasa toda la película riendo como si fuese tonto (realmente lo parece) aunque lo estén insultando.
Al final, todos felices y comieron perdices (el resto de la trama es tan inocua que paso de contarlo, bueno, me dormí a ratos, así que tampoco sé muy bien qué pasó).

Índice de cutrerío
Santa Madre del Amor Hermoso. ¿Qué mente enferma puede engendrar semejante tortura? Es para poner en fila a todos los responsables de esta ¿película?, desde el director hasta los actores (sobretodo los actores), pasando por productor, director, guionista, compositor, director de fotografía, montador, diseñador de vestuario, técnicos en efectos especiales, script… y empezar a dar hostias a mano abierta a todos ellos.
Empecemos hablando de los actores. El que hace de malo, que es como un cruce de Tkachenko (aquel jugador de baloncesto soviético de los años 80) con el increíble Hulk (porque es verde) es bastante mal actor, patético diría yo, pero es que es el mejor actor de la película. Si lo comparamos con los demás, es como si comparas a, no sé, Meryl Streep con Kristen Stewart. A Santa Claus le metía una patada en todo el cielo la boca a ver si se le quitaba la risita de gilipollas que tiene. Y los niños… madre mía, los niños. Les estaba dando patadas en el culo hasta que reventara los zapatos. He consultado en IMDb y hay que agradecer que solamente hiciesen esta película (excepto la niña marciana, interpretada por Pia Zadora, que no sé quién coño es, pero me suena su nombre). Pero lo peor es un personaje llamado Dropo, que pone nervioso cuando sale. Es el clásico alivio cómico. Ya lo dice el refrán… otros vendrán que bueno te harán. Éste hace buenos a todos los demás.
Del guión no voy a hablar.
En cuanto a los efectos especiales… ya he revelado alguna cosa, como la nave espacial (por llamarla de alguna manera) o el robot (al lado de este, el robot de Supersonic Man parece uno de los de Yo robot), pero lo mejor (lo peor) es el oso polar que sale en una de las escenas del Polo Norte. Es un tío andando a gatas con un traje blanco comprado en una tienda de chinos.
Ah! Y en Marte, los letreros los escriben en perfecto inglés.

Conclusión
Si queréis ver películas navideñas, ni se os ocurra acercaros a esto. No se me ocurren palabras para decir lo mala que me ha parecido.
Películas navideñas, las tenemos clásicas como ¡Qué bello es vivir!, gamberras como Gremlins o cañeras como El día de la bestia. También las hay más infantiles (pero divertidas) como Solo en casa. Con cualquiera de esas (y muchas más, claro) se puede pasar un rato entretenido. Con ésta, no.




viernes, 23 de diciembre de 2011

El ángel de la noche

Año: 1998
Título original: Nattens engel
Director: Shaky González
Intérpretes: Maria Stokholm, Tomas Villum Jensen, Mette Louise Holland, Svend Johansen, Claus Flygare, Hans Henrik Voetmann, Ole Hvidman, Karin Rørbeck

De qué va
Una de vampiros.
Son tres amigos, una pareja y una amiga (ésta más caliente que un león en celo) que se juntan en la casa que ha heredado una de ellas (la emparejada). Dice ser descendiente de un tipo que se convirtió en vampiro adoptando el nombre de Rico, "el ángel de la noche".
En la primera hora, a base de flashbacks sobre historias que sacan de un libro, nos cuentan tres historias sobre este vampiro. Vamos a verlas. No tienen título pero ya se lo pongo yo:

- El nacimiento del vampiro. Cuenta como Rikard, un buen hombre que se ve embarcado, contra su voluntad, en la caza de un ser que está diezmando la población de la ciudad. La historia está ambientada en la antigüedad, no sé muy bien la época, pero por los atuendos, diría que finales del XIX.
Son tres los que a buscar a este ser. Rikard, el alcalde y un tío calvo que supongo sea el herrero del pueblo, ya que va con un delantal como los de los herreros y con un martillo grande. Sólo Rikard "sobrevive". Bueno, en realidad no sobrevive, ya que, justo antes de matar a la bestia, ésta consigue darle un bocado, con lo que se convierte en el vampiro que, con el tiempo, llamarán Rico.

- Los macarras contra el señor de la noche. No, no sale Batman en la película. El "señor de la noche" es Rico. Y un grupo de macarras, liderados por Tim, un tío al que lo único que se le da bien son las armas y las mujeres y, no se muy bien por qué razón, se la tienen jurada al vampiro. El Tim este es un tipo duro y tiene una banda de tíos igual de macarras y piraos que él. Al final, está a punto de acabar con el no muerto, que sale huyendo con la estaca clavada. Solamente Tim sobrevive. Al final, a Tim, debido a su debilidad por el bello sexo, le muerde una vampira, con lo cual, ya sabemos en qué se convierte.

- La semilla del no muerto. Parece ser que, para mantenerse vivo, Rico ha de preñar a una moza cada 100 años y beberse la sangre de su retoño (mira que he visto películas de vampiros, desde el Nosferatu de F.W. Murnau, hasta Déjame entrar, tanto en su versión sueca como americana, y nunca había visto ni oido hablar de esto). El caso es que coge a una chica, la hipnotiza y la deja embarazada. No es un embarazo bien llevado, no. Tiene pesadillas y sueños raros. También hay un cura peruano al que una iluminación le hace saber que hay una chica en Copenhague que necesita ayuda. Y para allá que se va. El novio de la chica se entera que el chaval que espera no es suyo y la manda al cuerno. Pero es un tipo duro de buen corazón, ya que cuando se ella le llama diciendo que la persiguen los vampiros (Rico y su pandilla, que incluye a Tim, ya convertido en no muerto), se planta allí con una recortada y mucha mala leche. Rico acaba con el cura, el tipo duro y a esperar a que la preñada se ponga de parto. Pero la chica, lo que hace es beberse agua bendita, que no sienta muy bien a niño que lleva dentro y, evidentemente, lo pierde. Y Rico se convierte en murciélago y explota, quedando tan solo el esqueleto.

Esas son las tres historias que nos cuentan un poco la vida, obra y milagros de Rico, el vampiro. Pero queda media hora de película y es en esa media hora cuando, debido a un rito que practica sin querer (creedme, practica un rito completo sin querer), consigue resucitar a su antepasado, que, después de tanto tiempo durmiendo, se despierta de mala leche. Y los chicos han de conseguir matarlo...

Índice de cutrerío
Lo primero que he de decir es que he visto la película en danés con subtítulos en inglés. Tengo el idioma de Shakespeare un poco oxidado (del danés ni hablamos, claro), así que me he podido perder algo.
Los actores, pues correctos. Quizá un poco insoportable la amiga de la pareja protagonista, pero en su mayoría correctos. En los créditos salen tres nombres que nos pueden sonar: Mads Mikkelsen, Nikolaj Coster-Waldau y Ulrich Thomsen. Al primero lo hemos visto como el malo de Casino Royale o en Furia de titanes. Coster-Waldau sale en El reino de los cielos y Black Hawk derribado, por ejemplo. Y Ulrich Thomsen era el protagonista de la versión danesa de Hermanos, pero también sale, por ejemplo, en Centurión (cómo me gustó esa película) o en En tiempo de brujas (la he visto hace poco). Pero, sinceramente, no he conseguido localizar a ninguno de los tres. Bueno, la película tiene ya 13 añitos, y estarán mucho más jóvenes. Pero tampoco me estaba fijando, claro. En los créditos salen bastante tarde, por lo que sus papeles serán pequeños. En IMDb vienen acreditados como Ronnie, Frankie y Alex.
En cuanto a los efectos especiales, maquillaje, vestuario (en las escenas de época), pues están bien. No he detectado fallos ni nada.
Y el guión, pues correcto.
En definitiva, creo que es una buena película.

Conclusión
Pues me ha gustado. Es entretenida. Tengo que agradecer a mi amigo Adolf que se acordase de mí en su viaje a Copenhague y me la trajese.
Buena película.


lunes, 19 de diciembre de 2011

El comehuesos

Año: 2007
Título original: Bone Eater
Director: Jim Wynorski
Intérpretes: Bruce Boxleitner, Michael Horse, Clara Bryant, Adoni Maropis, Jesse Janzen, William Katt, Walter Koenig, Gil Gerard

De qué va
En un pueblo americano se están haciendo unas obras para hacer un complejo de lujo o algo así. Mientras excavan, unos operarios encuentran una vieja reliquia india (un palo con una quijada de burro o caballo atada) enterrada y clavada en algo. Como no podía ser de otra forma, la arrancan con la intención de seguir con sus quehaceres. Craso error. Al arrancar el palo, vuelve a la vida (como si una de esas películas antiguas de Drácula se tratase) Tarok, un ser hecho de huesos (incluso tiene rastas hechas de huesos ¡¡y un taparrabos hecho del mismo material!!) que los mata convirtiéndolos en polvo.
Para matar, este ser usa varios métodos. Por un lado tiene unos cuchillos (hechos de hueso, claro) con los que cercena cuerpos por doquier y que además puede lanzar con una excelente puntería. Por otro lado tiene un aliento (que se ve, es verde) que hace desintegrarse a las víctimas. Parece ser que la intención de Tarok es despertar a los seis renegados. Estos seis individuos son nombrados durante la película, pero, o yo no me he enterado de mucho, o ninguno de ellos sale. Sólo Tarok.
Pero él solo se basta para matar a todo el que se le ponga delante, obreros, arqueólogos, policías, indios, millonarios,… No se para a mirar, no. La única solución es encontrar la reliquia india y volvérsela a clavar en el pecho antes de que tenga lugar un eclipse que lo hará invencible. Tienen dos días para ello.
Vamos a ver un poco a los protagonistas, aparte de Tarok:
El sheriff. Es el protagonista. Ya entrado en años, es medio indio (de los katona). Como os podéis imaginar, siendo el protagonista, es el que mata a Tarok en el último momento, justo cuando ya se está produciendo el eclipse.
La hija del sheriff. Ha venido al pueblo a pasar el verano con su padre, con el que no se lleva bien. No pinta nada en la película, pero tiene las tetas gordas y se agradece su presencia.
El novio de la hija del sheriff. Un macarra. Es el que encuentra el palo con la quijada y, gracias a ello, salva al sheriff.
El jefe indio. O chamán, o lo que sea. Un indio muy viejo que es amigo del sheriff. Conoce la leyenda de Tarok y cómo acabar con él.
La india guapa. Nieta del indio viejo.
El indio calvo. Odia a los blancos. Tiene cara de amargado, como si hubiese estado chupando limones. Quiere conseguir la reliquia india para controlar a Tarok.
El constructor. Es, aparte de Tarok, el malo de la película. Tiene contratado, en calidad de pelota, a un tío clavadito a Bill Gates.
Hay otros, como el ayudante del sheriff, el jefe de obra o el hijo del jefe de obra y su novia, pero los principales son ésos.

Índice de cutrerío
Los actores bien. El prota, que hace de sheriff del pueblo es Bruce Boxleitner. El nombre no sonará, pero si os digo que es Tron en la película del mismo nombre, quizá os venga a la memoria. En Tron Legacy sale, pero con un papel mucho más pequeño. Ahora se le ve avejentado, pero su actuación (dentro de lo ridículo de la propuesta) es correcta. También hay algunas caras conocidas como son William Katt o Walter Koenig, famosos por sus papeles de superhéroe en El gran héroe americano y Chekov en la serie Star Trek, respectivamente. Y sale la que hacía de novia (o mujer, no lo recuerdo) del capitán Furillo en la mítica Canción triste de Hill Street. La actuación de estos tres, aunque su nombre sale muy pronto en los créditos, no dejan de ser meros cameos, pero se agradecen, aunque el tiempo no los ha tratado bien, no. Pero también hay actores muy malos como el indio malo con cara de estar chupando un limón y que odia a los blancos.
¿Qué decir de los efectos especiales? Yo tenía un videojuego para la Playstation 1 que se llamaba Medievil. El prota de ese juego era un esqueleto muy cachondo. Yo pensaba que se había retirado con aquel videojuego (y sus continuaciones), pero no, sigue en activo, se ha dejado rastas y ahora atiende al nombre de Tarok.
Ah, Tarok tiene un caballo, que es como el que sale en Ghost Rider, pero envuelto en humo para que no se le vea y sea más fácil para los técnicos.

Conclusión
Me lo he pasado pipa. Sí, el guión es de risa y los efectos especiales de los años 80 pero yo lo he pasado bien. Creo que es de lo que se trata. Sólo de eso.


jueves, 8 de diciembre de 2011

El despertar de las gárgolas

Año: 2009
Título original: Rise of the Gargoyles
Director: Bill Corcoran
Intérpretes: Eric Balfour, Caroline Néron, Justin Salinger, Ifan Huw Dafydd, Nick Mancuso, Tanya Clarke, Constantin Barbulescu, Gabriel Spahiu

De qué va
El protagonista de esta película se nos presenta como un profesor americano que da clase en París. Yo tengo serias dudas sobre que este pollo sea profesor. Al principio, sí, sale dando clase y tal, pero después nos dicen que es experto en arquitectura antigua o algo así y de que ha escrito un libro muy malo. Tan malo, tan malo, que se ha tenido que ir de su país para venir a dar clase al tercer mundo, a Europa. Que digo yo que, si se quiere quedar en su país, trabajo seguro que encontrará, ya sea picando zanjas o vendiendo perritos calientes.
Resulta que una amiga le habla de una iglesia que tiene unas gárgolas realmente curiosas y que unos obreros (van a echar abajo la iglesia) han muerto al encontrar unas cámaras subterráneas (yo no lo llamaría cripta, más bien es un sótano con muchos pasillos y más mierda que el palo de un gallinero). Y para allá que van. De noche. Que digo yo que la mejor hora para ver una iglesia y sus subterráneos es de noche, claro. Eso sí, van bien pertrechados con linternas, cámaras de fotos, de vídeo y demás. Además, la chica va en tacones, lo ideal para ver sótanos oscuros, criptas, catacumbas o como las queramos llamar.
En ese sótano, él, cámara en ristre, consigue filmar algo que le asusta y le hace tirar el aparato, que se rompe y ella coge unas piedras que parecen una mezcla de nuez gigante y zurullo, y que brillan de noche (más tarde nos enteramos que son huevos de gárgola).
Esa noche, cuando la chica se va a acostar, es atacada por la gárgola, que hace por fin su aparición arrancándole la cabeza a la chavala de un manotazo. Un apunte: aunque la película se titule El despertar de las gárgolas, sólo aparece un bicho de éstos en toda la película. Quizá la tenían que haber titulado El despertar de la gárgola.
Es un bicharrajo muy feo que vuela. No se parece en nada a los entrañables personajes que aparecían en la serie de dibujos animados de Disney Gargoyles, de la que yo era un acérrimo seguidor, aparte de lo típico de estas criaturas, que vuelan, que se convierten en piedra durante el día y que tienen una extraordinaria fuerza.
Hay un policía que cree que el protagonista es el asesino (las huellas de garras no le hacen sospechar lo contrario) y que muere porque se lleva, como prueba, uno de los huevos de gárgola y en cuanto el bicho lo localiza, se lo lleva volando (no se le ve morir, y por eso, esperamos que aparezca más adelante, algo típico en estas producciones, pero no volvemos a saber de él).
El protagonista acude a una periodista de la tele experta en fenómenos extraños, algo así como el Iker Jiménez, pero con las tetas gordas, llevando la cámara rota a ver si se puede sacar algo. Es el cámara quien consigue sacar una instantánea de una especie de bicho con alas.
Entonces deciden encaminarse a la iglesia, donde encuentran un cura que está como un rebaño de cabras y que es como un Rambo con alzacuellos.
Entre los cuatro consiguen, primero destruir los huevos (llevan una luz estroboscópica o ultravioleta para convertirlos en piedra y aplastarlos) y luego reventar la iglesia con la gárgola dentro. No se la ve morir, pero todos sabemos que ha muerto porque empiezan a salir las letras de los créditos.

Índice de cutrerío
Empecemos con los actores. El más famoso de la película es Eric Balfour. Le he visto hace poco en Skyline, esa peli sobre invasiones extraterrestres. En esa película ya me pareció bastante mal actor, pero es que en ésta roza el ridículo. Y qué decir del resto de los actores. A mí, personalmente, el único que me cayó simpático es el cámara de televisión, ya que tanto la rubia tetona como el cura… ¿qué decir? que no estudiaron precisamente en el Actor’s Studio.
Los efectos especiales son los que te esperas en este tipo de producciones para televisión (sí, es una película para televisión), o sea, hechos con mi viejo MSX.
Pero lo peor (además de Balfour) es el guión. No hay por dónde meterle mano. Las situaciones son tan grotescas que solamente provocan risa.
La película es una producción del canal Syfy dentro de su sello Maneater, una serie de películas caracterizadas ser “películas de monstruos”. Todas ellas de ínfimo presupuesto, alguna cara conocida y con algún animal mutado, extraterrestre o animal mitológico con predisposición para alimentarse de humanos. Títulos tan pintorescos como El ataque del dragón (Wyvern, 2009), La ira de la bestia (Grizzly Rage, 2007) o Yeti. La Maldición del Demonio Blanco (Yeti: Curse of the Snow Demon, 2008), y así hasta un total de 25 hasta la fecha, son algunos de los que componen esta serie.

Conclusión
Una mierda pinchada en un palo. Últimamente he visto películas con distintos seres mitológicos como trolls (Proyecto: Troll Hunter), ogros (El ogro) y gárgolas (El despertar de las gárgolas). La primera me pareció una obra maestra, la segunda una película del montón (de estiércol, claro) y la última, mala, malísima.


sábado, 26 de noviembre de 2011

Ovejas asesinas


Año: 2006
Título original: Black Sheep
Director: Jonathan King
Intérpretes: Nathan Meister, Danielle Mason, Peter Feeney, Tammy Davis, Glenis Levestam, Tandi Wright, Oliver Driver, Nick Blake

De qué va
Nueva Zelanda se caracteriza por la cantidad de ovejas que tiene. Parece ser que es un país con cuatro millones de personas y cuarenta millones (¡¡40.000.000!!) de ovejas, que ya son ovejas. ¿Qué pasaría si esos animalicos se convirtieran en sanguinarios asesinos?
Esto es lo que nos propone esta película.
Vamos a ver el argumento: A un pueblecito neozelandés llega Henry, un muchacho que ha crecido en ese lugar y que ha desarrollado un miedo cerval a las ovejas u ovinofobia, como él lo define, a causa de una bromilla de su simpático hermano, Angus, un tío que, desde su primera escena, se nos presenta como un psicópata. Henry tiene intención de venderle a Angus su parte de la propiedad familiar.
Entretanto, un par de hippies (como esos gilipollas que en Sol te dan papeles diciendo que comer ternera y canibalismo son la misma cosa, si es que tiene que haber de todo en el mundo) quieren colarse en un laboratorio de ingeniería genética (bueno, utilizar aquí  palabras que suenen tan técnicas como “laboratorio”, “ingeniería” o “genética” es exagerar un poco, el garito se parece más a un matadero en el día de la matanza del cerdo que a un laboratorio de cualquier cosa). Ese laboratorio está financiado por Angus, en su afán de crear una oveja mejor que las normales, no sé muy por qué. Y está regentado por una tía muy, muy mala. La pareja de hippies está formada por una chica bastante mona (la chica de la película) y un tío más tonto que las piedras del río (el alivio cómico). Total, que consiguen robar un frasco con un bicho dentro, pero en la huida (en la que se separan), al tonto se le cae y se escapa la cosa de dentro (un bicharrajo feísimo a medio camino entre un cordero calvo y el feo de los Calatrava).
Este bicho empieza a morder, primero al hippie y después a una oveja (no se puede prácticamente arrastrar por el fango, pero en cuanto ve pieza, ataca). Y empieza el festín, mientras las ovejas se van trasmitiendo el mal (que podíamos llamar de las ovejas locas) convirtiéndose en carnívoras sedientas de sangre, en los humanos empieza a operar una transformación que los convierte en ovejas-lobo (como los hombres-lobo, pero más feas, ¿os habéis fijado alguna vez en lo feas que son las ovejas?).
Y a partir de ahí, persecuciones, mutilaciones, ovejas comiendo gente… la hostia en bote, vamos. Por destacar una escena (no apta para estómagos delicados), está el ataque de la horda ovina en la presentación que hace Angus de su nueva oveja genéticamente tratada. Piernas, brazos, tripas… todo volando de acá para allá.

Índice de cutrerío
Gore, gore y más gore. No está indicada para gente que no disfrute con un poco de casquería en las películas. Me recuerda un poco a la que, para mí, es la mejor película gore de todos los tiempos, la también neozelandesa Tu madre se ha comido a mi perro (Braindead, en el original), del ahora oscarizado Peter Jackson.
Y es que el gore tiene que ser divertido, como lo es en esta película o en la citada de Peter Jackson, o en Desmembrado, la película que se ofrecía en cines en sesión doble con Ovejas asesinas en España. Si nos ponemos a hacer gore serio, lo único que conseguimos es revolver las tripas al personal (como en Hostel, por poner un ejemplo).
Los efectos especiales están bastante bien. Hay que tener en cuenta que están hechos por Weta Workshop, empresa responsable de los efectos especiales de, entre otras, la trilogía El señor de los anillos, King Kong (la de Peter Jackson), las películas de Las crónicas de Narnia o Avatar, entre muchas otras. Es de suponer que, con este currículum, los efectos sean casi perfectos. Aunque, eso sí, desprenden un olorcillo a serie B que a mí, personalmente, me encanta.
Los actores, pues en su sitio, bastante correctos. Están el protagonista, la chica, el amigo del protagonista, el malo y la mala malísima. Incluso tenemos el alivio cómico, como he dicho antes.
Y el guión, bueno, partiendo de la base de que estamos hablando de una película en la que las ovejas se convierten en la peor pesadilla de los neozelandeses rurales, pues no está nada mal, la verdad.

Conclusión
Se desprende de todo lo anterior que esta película me ha divertido. Sí, me lo he pasado bomba. Aunque insisto, no es para estómagos delicados. Os gustará si os gustó la citada Tu madre se ha comido a mi perro u otras delicias por el estilo.


lunes, 14 de noviembre de 2011

La novia del monstruo

Año: 1955
Título original: Bride of the Monster
Director: Edward D. Wood Jr.
Intérpretes: Bela Lugosi, Tor Johnson, Tony McCoy, Loretta King, Harvey B. Dunn, George Becwar, Don Nagel, Bud Osborne

De qué va
En una bonita casa situada en un pantano (no de los de Franco, ojo, de los de Estados Unidos, de esos con caimanes, serpientes y todo tipo de seres mutantes) vive el doctor Vornoff (Bela Lugosi, el Drácula original) con un tipo grande, calvo y con una espantosa cicatriz en la mejilla al que cariñosamente llama Lobo y que el resto de los mortales llama, no tan cariñosamente, el monstruo. En la casa tiene un laboratorio en la que trata de convertir a incautos caminantes que pasean por el pantano en “gigantes”, pero todos mueren en el experimento. También tiene un pulpo de goma gigante en una habitación, que se encarga de eliminar a los intrusos indeseables.
La policía investiga la desaparición de esos incautos caminantes y de esos intrusos indeseables, que en total suman doce en tres meses.
También anda tras la pista una periodista, esposa del policía que lleva las investigaciones. La periodista es lo que suelen ser las mujeres periodistas en las películas… repelente (si la Lois Lane interpretada por Margot Kidder en Superman no era repelente es que no sé el significado de esa palabra).
La chica llega a la conclusión de que el nuevo propietario de la casa de los sauces (que así se llama la casa del pantano) tiene algo que ver, y para allá que se dirige cuando tiene un accidente con el coche. Al bajarse, la ataca una serpiente, pero entra Lobo a mamporrazo limpio salvándola del ofidio y llevándosela (que se ha desmayado).
Cuando despierta se encuentra con Vornoff que la vuelve a dormir usando sus poderes mentales (sí, duerme a la gente con un primer plano de sus ojos y un movimiento de la mano).
Mientras, el marido de la moza ha encontrado el coche siniestrado y la busca por los alrededores, encontrando la casa. Cuando tiene encañonado a Vornoff, aparece Lobo y le deja inconsciente de un manotazo (claro precursor del golpe a mano abierta tipo “Bud Spencer”).
Al final, resulta que el bueno de Lobo (que por cierto es mudo y habla con el lenguaje de Chewbakka) se ha enamorado de la chavala y, cuando Vornoff la tiene presta para el experimento para hacer gigantes que en realidad mata a la gente, le pega un manotazo y lo pone en el lugar de la mujer.
Pero hete aquí que el experimento sí funciona con Vornoff (coño, para eso es Bela Lugosi), lo que le da una fuerza del copón y le pega una paliza a Lobo. Pero al final, la poli, que ha aparecido de repente, le pega varios tiros, el marido de la periodista  empuja una piedra de dos metros sobre él (aunque no le han hecho el experimento de los gigantes, debe ser que, al estar cerca, algo de la fuerza se le ha pegado, eso o la piedra es de gomaespuma, no sé) y encima se cae donde está el pulpo de goma, que por fin lo mata.

Índice de cutrerío
¡¡¡Ed Wood!!! El rey de lo cutre en forma de fotograma. El hombre talento no tendría, pero ilusión y ganas le echaba, sí. No me extraña que Tim Burton le dedicara una de sus películas.
¡¡¡Y Bela Lugosi!!! En su último papel protagonista (no tendremos en cuenta Plan 9 del espacio exterior, ya que su rol en ésa está hecho a base de recortes de grabaciones).
En los efectos especiales, pues lo dicho. Cuando el pulpo caza a algún incauto, es el incauto el que mueve los tentáculos. El maquillaje de Lobo (interpretado por el actor fetiche de Wood, Tor Johnson) es un trozo de arcilla pegada a su cara con una raya para simular la cicatriz.
También salen unos cocodrilos (o caimanes, que estamos en América) que atacan al policía, pero nunca están en el mismo plano. Se ve que cogió unas imágenes de un documental o algo así.
¿Y el guión? Pues tan chapucero como los efectos especiales.

Conclusión
Me lo he pasado bomba, qué queréis que os diga. La película, al igual que Plan 9 del espacio exterior, es mala, pero mala, mala. Pero he disfrutado.


miércoles, 9 de noviembre de 2011

Monstruo

Año: 2008
Título original: Monster
Director: Erik Estenberg
Intérpretes: Sarah Lynch, Erin Evans, Justin L. Jones, Kazuyuki Okada, Yoshi Ando, Jennifer Kim, Hiroshi Ueha, Akira Sato

De qué va
Dos hermanas de Los Angeles se van a Tokio a rodar un reportaje sobre el calentamiento global. Mientras están entrevistando al ministro de medio ambiente japonés (que tiene un despacho del tamaño de un cuarto de las escobas) con su cámara de vídeo de superbaja definición, un terremoto sacude el cuarto de escobas… perdón… el edificio donde están. Al asomarse a la ventana se ven explosiones y todo.
Resulta que un monstruo está atacando Tokio y hay que salir por patas. Se refugian en el sótano con unos lugareños.
Y así empiezan las peripecias de estas dos mozas por la capital nipona mientras es atacada por algún tipo de criatura.
Os ahorraré el sufrimiento… ninguna de las dos sobrevive.
Despachos de ministro en cuartos escoberos, embajadas de Estados Unidos en sombríos callejones, primeros planos de gente mirando un monstruo (el monstruo no lo vemos nunca, excepto dos o tres planos de tentáculos realmente muy mal hechos), un despropósito.

Índice de cutrerío
-          Bueno, nos vamos de vacaciones a Japón. No trabajéis demasiado.
-          ¿Ya os vais hoy?
-          Sí, jefe, acuérdese que pedimos las vacaciones hace ya tiempo.
-          Si, sí, lo recuerdo… chicas, a que no me hacéis un favor.
-          Ya estamos… ¿de qué se trata?
-          De que os llevéis la cámara que me regaló mi mujer y rodéis una película.
-          Pero, pero, pero… ¿cómo que una película? Nosotras no sabemos nada de películas.
-          Ni falta que hace.
-          Pero… una película… ¿sobre qué?
-          Sí, sobre… no sé… sobre un monstruo que ataca Tokio. ¿Vais a Tokio verdad?
-          Sí, claro. Pero yo no veo eso de la película. ¿Y el guión?
-          Pfff. ¡Guión! El guión está sobrevalorado. Vosotras vais, filmáis escenas de Tokio, entrevistáis a alguien, contratáis a alguien para que se haga el muerto…
-          Pero eso cuesta dinero…
-          Aquí tenéis 200 dólares para gastos.
-          Bueno, vale, ¿y los efectos especiales?
-          Ya está pensado. Cuando volváis, mi primo tiene un Amstrad CPC con el que puede poner unos aviones y unos helicópteros… e incluso algún tentáculo. No sé, ya lo pensaremos. En cuanto a los terremotos… llevaos a Rasca, el perro de Gustavo, el de contabilidad. En cuanto le enseñas una de estas galletas se pone a mover el rabo. Le atáis la cámara y ya verás que tomas de terremotos tenemos.
-          Venga, vaaale. Encima tenemos que cargar con el puto perro.
-          Si es muy bueno, ni lo notaréis.
-         Bueno, nos vamos ya, que hay que preparar maletas y todo. Que sepa, jefe, que solo rodaremos en ratos libres y tal. Y que nos deberá un favor.
-          Sí. Venga chicas, buen viaje. Y traedme algún souvenir.

Así es como me imagino yo la gestación de esta ¿película? En los créditos figura un director, un tal Erik Estenberg, que imagino sea el jefe que manda a las chicas a filmar la película.
No, en serio, esto no puede tener un director, como no tiene un guionista (aunque también figura en los créditos, y es ni más ni menos que David Michael Latt, jefazo, junto a David Rimawi, de la productora The Asylum, experta en bodrietes tipo Mega tiburón contra el pulpo gigante o Transmorphers).
Digamos que si yo cojo la cámara de vídeo que me regalaron mis padres, a un par de amigos y un poco de la imaginación que a esto le falta, el resultado va a ser mejor.
Aquí se dan la mano dos conceptos como son el mockumentary o falso documental y el mockbuster, que es una película de bajo (muy, muy bajo) presupuesto que intenta aprovecharse del éxito de otra, bien por tener un título similar, bien por su temática parecida. Así tenernos Transmorphers como mockbuster de Transformers, Soy Omega de Soy leyenda… y ésta que nos ocupa, que es un mockbuster de Monstruoso, la gran película rodada por Matt Reeves en el mismo año de este bodrio. Todos los mockbusters aquí citados son de la misma productora… The Asylum.
Ah, si veis el tráiler, veréis todas las tomas del monstruo que aparecen en la película. Me da la impresión que esta gente lo que hace es rodar el tráiler primero y después grabar hora y media de relleno para tener la película.

Conclusión
Una mierda pinchada en un palo. Me ha costado terminar de verla. Hora y media de mi vida tirada por el váter. De lo peor que he visto en los últimos, no sé, 10 años… 15… quizá sea lo peor que he visto en mi vida.


jueves, 3 de noviembre de 2011

Los cuatro fantásticos

Año: 1994
Título original: The Fantastic Four
Director: Oley Sassone
Intérpretes: Alex Hyde-White, Jay Underwood, Rebecca Staab, Michael Bailey Smith, Ian Trigger, Joseph Culp, George Gaynes, Kat Green

De qué va
Cada diez años pasa, muy cerca de la Tierra, Colossus, una especie de masa de energía que viaja a la velocidad de la luz y que, debido a la gravedad terrestre frena un poco y por eso es visible desde este nuestro planeta.
Dos tíos muy listos, Reed y Victor, utilizando una máquina que han fabricado, planean capturar esa energía, que parece infinita y que, dicen, cambiará el mundo. Pero la cosa sale mal y Victor parece morir. Enseguida nos enteramos que no es así, ya que dos individuos que le sacan del hospital para llevarlo “al cementerio de ahí abajo” (palabras textuales), le llaman alteza y el tío abre los ojos.
Diez años después de tan desastroso experimento Reed ha construido una nave y planea ir al espacio en busca de Colossus, que está de vuelta y piensa llevar a sus amigos Ben Franklin y Johnny y Susan Storm. Para ello necesita un diamante muy raro y muy gordo para que no le pase lo que pasó hace años. Pero un siniestro personaje, llamado el Joyero (si habéis leído comics de Los 4 Fantásticos, os recordará mucho al Topo, por lo menos a mí me lo recordó), roba la piedra cambiándola por otra falsa.
No se dan cuenta del engaño hasta que ya es demasiado tarde. Colossus les atraviesa y se pegan el piñazo padre contra la Tierra, pero los cuatro sobreviven, a pesar de que la nave ha quedado hecha cisco. Pero han cambiado. Reed puede estirar sus extremidades (brazos y piernas) más allá de lo imaginable, Johnny puede convertirse en lumbre, Susan puede hacerse invisible y Ben, que en principio parece normal, a la mañana siguiente aparece convertido en una especie de muro de piedra. Han nacido Los 4 Fantásticos.
Aparecen los militares y se los llevan a una base para ser examinados. Pero no son militares de verdad (quiero decir que no son americanos), sino esbirros del Doctor Doom, que es en realidad Victor escondido tras una armadura metálica y una capucha verde. Están cautivos en Latveria (en la película no lo llaman así, pero lo digo yo, que me lo sé de los comics), el reino de Doom y para escapar utilizan sus nuevos poderes (vamos, mamporro va y mamporro viene, ya que el único que parece que hace algo es Ben).

Índice de cutrerío
Esta película, que quizá en medios y presupuesto sea muy inferior a la versión rodada por Tim Story en 2005 (y su continuación en 2007), en guión, pues qué quieres que te diga, quizá no sea mejor, pero tampoco peor, y es que la película protagonizada por Jessica Alba, pues, sí, tendrá mejores efectos y tal, pero es una mierda igual que ésta.
Esta película es inédita, esto es, no se ha estrenado nunca ni en cines, ni en formato doméstico, ni en televisión. Fue filmada únicamente para asegurarse el copyright, cosa que sabían los productores, pero no el equipo artístico ni técnico.
En cuanto a los actores, pues bueno, tampoco son una maravilla, pero los he visto peores. A modo de curiosidad, incluyo esta tabla con los actores, tanto de esta versión, como la del 2005 y su continuación:


Personaje

Los cuatro fantásticos (1995)
Los cuatro fantásticos (2005)
Los cuatro fantásticos y Silver Surfer (2007)
Reed Richards
Alex Hyde-White
Ioan Gruffud
Susan Storm
Rebecca Staab
Jessica Alba
Johnny Storm
Jay Underwood
Chris Evans
Ben Franklin
Michael Bailey Smith
Michael Chiklis
Victor von Doom
Ian Trigger
Julian McMahon
Alicia Masters
Kat Green
Kerry Washington

Cuando ves una película en la que sale la Cosa, estás siempre esperando su frase “It's clobbering time” (“Es la hora de las tortas”), pero en esta película lo dice tantas veces que pierde su gracia.
Y qué decir de los efectos especiales. Cuando la Antorcha Humana se convierte en fuego, es un dibujo animado, la Cosa no deja de ser un tío con una careta, los efectos de invisibilidad de Susan son de los años 50 y, bueno, los efectos de estiramiento de Reed Richards, pues la verdad es que son de chiste.
Destacar quizá la música, con una tonadilla pegadiza bastante chula.

Se nota que es una producción del maestro de lo barato, el gran Roger Corman, al que debemos, como director clasicazos como Conquistaron el mundo (1956), Emisario de otro mundo (1957), El ataque de los cangrejos gigantes (1957), La pequeña tienda de los horrores (1960), La última mujer sobre la Tierra (1960), El cuervo (1963), El hombre con rayos X en los ojos (1963), El barón rojo (1971),… y así hasta 56 películas, todas ellas con muy bajo presupuesto, pero con mucha imaginación. Y como productor, no digamos, casi ¡¡400!! películas. Y el descubrimiento de grandes cineastas como Francis Ford Coppola, Jack Nicholson o Dennis Hopper entre otros.

Conclusión
Soy un friki. He de reconocerlo, soy un friki. Pero es que me ha gustado esta película. Con todos sus defectos, me ha gustado. La verdad es que la copia a la que he tenido acceso es bastante penosa. Se ve como el culo y no se oye mucho mejor. Evidentemente en versión original con subtítulos en castellano (gracias a Dios). Pero con todo y con eso, me ha gustado. Lo he pasado casi mejor que con las películas más modernas, las de Tim Story.