Año: 1983Título original: 2019 - Dopo la caduta di New York
Director: Sergio Martino
Intérpretes: Michael Sopkiw, Valentine Monnier, Anna Kanakis, Romano Puppo, Paolo Maria Scalondro, Louis Ecclesia, Edmund Purdom, Serge Feuillard
De qué va
Estamos en el año 2019 (como indica el título). Hace 20 años hubo una guerra nuclear. Ahora hay dos potencias, una euroasiática y otra panamericana, que siguen en guerra, claro. Hace 10 años que no nace un niño en la Tierra. La raza humana está condenada a la extinción.
En Nueva York, dominada por los europeos, los supervivientes tienen malformaciones (que son mostradas en forma de llagas y pústulas, quiero decir, no se ve a nadie con tres brazos, ni con dos cabezas, ni nada de eso). Los llaman mutantes. Los del ejército europeo, que van a caballo, junto con unos mercenarios se dedican a cazar a estos mutantes para hacer experimentos con ellos.
En otro lugar de Estados Unidos (o lo que queda de ellos) encontramos a nuestro protagonista, Parsifal (que se llama como la ópera de Wagner, dedicada a un tío en busca del santo grial), lucha a muerte en carreras de coches que se dedican a estrellarse entre sí hasta que solo queda uno vivo. Después de ganar su última carrera, cobra sus perras y se va en su moto con una tía que también le ha tocado como premio y a la que deja marchar al rato.
Entonces aparece una especie de helicóptero-nave y lo captura (había intentado hacerlo por las buenas, pero Parsifal los mando a la mierda). Resulta que el helicóptero es de la confederación panamericana que le necesitan porque sus “computadores” han dicho que en Nueva York existe una tía que puede engendrar hijos (resulta que el problema de que no haya niños es de las mujeres, los hombres sí pueden procrear, o eso dice un tío un poco más adelante, que ha tenido hijos con unas monas, dice).
A regañadientes, Parsifal se va a Nueva York acompañado de dos esbirros de los panamericanos, un manco con unas pinzas en lugar de mano y un tuerto, calificado como el hombre más fuerte que queda vivo. Consiguen entrar en la ciudad por las cloacas. Una vez en la ciudad van teniendo distintos percances, como una lucha contra una banda liderada por un chino (con coleta y todo), salvando a un enano de morir a manos de dicha banda. En ese momento aparece el ejército, se carga al chino y a su banda y captura a Parsifal, al manco y a una rubia de la banda, que parece ser que no tiene mutación.
Después consiguen escapar, el manco sacándole los ojos con su pinza mágica al jefe de los europeos y muriendo en el intento de salir. Escapan Parsifal y la rubia, ayudados por el tuerto y el enano, que aparece en el último momento. También hay una morena malísima que los persigue, esbirra del calvo sin ojos (que por cierto, ha sobrevivido y le hacen un trasplante de ojos).
En otro lugar de Estados Unidos (o lo que queda de ellos) encontramos a nuestro protagonista, Parsifal (que se llama como la ópera de Wagner, dedicada a un tío en busca del santo grial), lucha a muerte en carreras de coches que se dedican a estrellarse entre sí hasta que solo queda uno vivo. Después de ganar su última carrera, cobra sus perras y se va en su moto con una tía que también le ha tocado como premio y a la que deja marchar al rato.
Entonces aparece una especie de helicóptero-nave y lo captura (había intentado hacerlo por las buenas, pero Parsifal los mando a la mierda). Resulta que el helicóptero es de la confederación panamericana que le necesitan porque sus “computadores” han dicho que en Nueva York existe una tía que puede engendrar hijos (resulta que el problema de que no haya niños es de las mujeres, los hombres sí pueden procrear, o eso dice un tío un poco más adelante, que ha tenido hijos con unas monas, dice).
Después consiguen escapar, el manco sacándole los ojos con su pinza mágica al jefe de los europeos y muriendo en el intento de salir. Escapan Parsifal y la rubia, ayudados por el tuerto y el enano, que aparece en el último momento. También hay una morena malísima que los persigue, esbirra del calvo sin ojos (que por cierto, ha sobrevivido y le hacen un trasplante de ojos).
Finalmente encuentran a la mujer engendradora, que está en estado de coma en una especie de urna de cristal, como en el cuento de la bella durmiente. Se la llevan en una ranchera. Mueren el enano y el hombre-mono (que antes de morir, deja su semillita en la mujer fértil), el tuerto resulta ser un robot (que ya podían haberle hecho con dos ojos, digo yo) y les traiciona, pero Parsifal se lo carga, no antes de que mate a la rubia.
Índice de cutrerío
Hay que tener en cuenta que estamos ante una película italiana de los años ochenta, así que no esperemos los efectos de Matrix, ni de Terminator 2, ni de Abyss, ni de La guerra de las galaxias. Ni siquiera de El planeta de los simios. Se puede decir que los efectos especiales se limitan a la nave espacial y poco más.
Hay una escena a la que tiran a un tío por un barranco y es como el muñeco aquel de Benny Hill, cuando hacían como que alguien volaba.
En cuanto a los actores, creo que están todos bastante correctos. Bueno, son todos bastante malos, para qué engañarnos, pero creo que cumplen su cometido.
Conclusión
Me ha gustado mucho. Recuerda bastante al gran clásico de Carpenter, 1997. Rescate en Nueva York.
Me ha gustado mucho. Recuerda bastante al gran clásico de Carpenter, 1997. Rescate en Nueva York.
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