lunes, 31 de octubre de 2011

Ghoulies

Año: 1985
Título original: Ghoulies
Director: Luca Bercovici
Intérpretes: Peter Liapis, Lisa Pelikan, Scott Thomson, Ralph Seymour, Mariska Hargitay, Keith Joe Dick, David Dayan, Victoria Catlin

De qué va
En un viejo caserón se está celebrando una ceremonia. En ella participa un tío vestido con un sayo blanco y un tocado con cuernos de carnero y otra gente también con sayos y capuchas. También hay unos bichejos (yo deduzco que son los ghoulies del título, pero esta palabra, como tal, no se pronuncia en toda la película). Hay varios de estos bichos, y que saldrán durante toda la película: uno pelón y con la boca muy grande, otro con cara de rata, otro que parece un murciélago sin alas y otro que parece un murciélago con alas, todos ellos feos de cojones.
El tío con cuernos saca un bebé y se dispone a sacrificarlo, pero uno de los encapuchados, una mujer, se lo impide. Es su madre (el de los cuernos es el padre) y, para protegerlo, le pone al crío un colgante. El de los cuernos no lo puede tocar (por el collar) y, cuando lo intenta, le da calambre. Entonces se ensaña con la madre y decide sacrificarla a ella. Para ello dos de los ghoulies le muerden las manos mientras sale algo de su pecho (sí, la escena es como la de Alien, pero en pobre), aunque finalmente no vemos salir nada.
Han pasado los años. El crío (que se llama Jonathan) ha crecido. Ahora es el dueño del caserón. Así que va a visitarlo con su novia. En ella descubren una tumba en el jardín y un sótano con extraños objetos rituales. Deciden dar un fiestón con los amigos. El grupo de amigos es un repertorio de estereotipos del cine de terror, a saber, están el graciosete emporrao sin gracia ninguna, el chuloputas, la modosita, la que tiene pinta de guarra y el pringao que no mete ni pagando.
Jonathan, después de encontrar un libro, se va metiendo, poco a poco, en el mundillo de las ceremonias satánicas y todas esas cosas. Va aprendiendo cosas y se le ponen los ojos verdes (pero no un verde normal, sino verde fosforito). Cuando le pregunta su chica dice que es un “signo de poder”. También consigue convocar a los ghoulies y a dos enanos con poderes llamados Grizzel y Greedigut.
Decide hacer una ceremonia no sé muy bien para qué (la verdad es que no me quedó muy claro cuál era el propósito de todo, ni siquiera de la propia película). Para ello necesita de la colaboración de siete personas. Pues nada, coge a sus seis amigos y a su novia y les droga para que no se enteren de nada. Durante la ceremonia resucita a su padre, que es el que está en la tumba del jardín.
Y poco más. Entre el zombi, los enanos, los ghoulies y un bicho verde que no sé muy bien de dónde ha salido se cargan a todos los amigos. Pero Jonathan se vuelve bueno otra vez y lucha contra el zombi. Cuando parece que tiene el combate perdido, aparece un mago que vence al zombi, desapareciendo los dos y todos los amigos resucitan (¿¿¿¿????).
Para terminar, he estado investigando sobre la palabra “ghoulie”. Se me antoja un diminutivo de ghoul. En el diccionario de Google, traduce esta palabra como “demonio necrófago”. Al buscar ghoul en wikipedia (y pasarlo al castellano, donde lo traduce como gul) esto pone:
Un gul (también gol < inglés ghoul < árabe الغول ghūl ['demonio'], plural ghilan) es un demonio necrófago que, según el folklore árabe, habita en lugares inhóspitos y frecuenta los cementerios. Los gules profanan las tumbas y se alimentan de los cadáveres. Existe también una variante femenina, llamada ghouleh, traducida a veces como algola.
El gul puede cambiar de forma, asumiendo la de una hiena u otro animal del desierto. Generalmente, intenta desorientar a los viajeros inexpertos que cruzan el desierto, llevándoles a la muerte.

Índice de cutrerío
Las actuaciones, especialmente de los secundarios, esto es, los amigos, están, como ya he dicho, lleno de estereotipos. Los dos actores principales, Peter Liapis (Jonathan) y Lisa Pelikan (la novia), que son conocidos en su pueblo, supongo, son bastante malos.
Los efectos especiales también son cutres, pero cutres cutres. Los muñecos que hacen de ghoulies sólo son eso, marionetas a las que se les cae la baba. Y el resto de efectos, los ojos verdes, los rayos que salen del mago, el maquillaje del zombi… son del montón (del montón de mierda, diría yo).
El guión es confuso. No nos enteramos de por qué Jonathan actúa como lo hace, ni cómo murió su padre ni nada.
Lo que no entiendo es que esta película, que costó un millón de dólares hacerla, recaudase ¡¡35 millones de dólares!!. Así, es de comprender, se hicieron, nada más y nada menos, que tres secuelas, con los títulos, en castellano, de Ghoulies II, Los ghoulies van a la universidad y Los ghoulies tras el amuleto perdido. Madre mía.

Conclusión
En algún sitio he leído que esta película, al igual que Critters, surgió a partir del éxito de Gremlins. Será verdad, no digo que no, pero poco o nada tiene que ver con ellas, excepto que salen bichos pequeños. Y ya que nos ponemos, si la comparamos con Critters, es muy mala. Y no digamos si lo hacemos con Gremlins (un clásico).
Ni siquiera es entretenida.


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